El Ayuntamiento de La Línea de la Concepción y su alcalde, Juan Franco, han preparado un extenso programa de actos y visitas con motivo del hermanamiento con la ciudad de Buonabitacolo, en Salerno (Italia), de donde procedían 6 de los náufragos del vapor trasatlántico “Utopia” que se hundió a la entrada del puerto de Gibraltar a causa de una tormenta de fuerte vendaval y oleaje cuando pretendía hacer escala en el puerto de y proveerse de las más de 400 toneladas de carbón que necesitaba para la travesía hacia América.

Llevaba a bordo 880 pasajeros, en su mayoría migrantes italianos que pretendían llegar a América para allí hacer fortuna. En sus camarotes de primera solamente llevaba tres pasajeros, los demás pasajeros eran migrantes en busca de fortuna en América.
A las playas de La Línea arribaron numerosos cuerpos, cuyos restos descansan en un mausoleo erigido a la entrada del cementerio Sacramental de San José, de La Línea. Otros, fueron enterrados en Gibraltar.


En el aniversario del hundimiento y celebrando el hermanamiento acordado en sesión plenaria con el ayuntamiento italiano de Buonabitacolo, cuyo regidor y autoridades se trasladaron a La Línea de la Concepción, este fin de semana .

Este jueves día 16 se celebró en el Palacio de Congresos de La Línea de la Concepción, un acto de bienvenida a la delegación italiana así como al cónsul honorario de Italia en Gibraltar, Patrick Canessa, un gran conocedor de la historia del Utopia siempre dispuesto a reivindicar la memoria de los que perdieron sus vidas en estas aguas.

Junto con la proyección de un video hubo diferentes intervenciones: José Martín Leòn de Alda, del historiador Luis Javier Traverso Alvarez y Gianni Palumbo.
Tras finalizar el acto, el alcalde de La Línea y demás participantes, cenaron con la comitiva italiana, que se aloja en las casas flotantes del Puerto Deportivo de La Línea.
Desde allí se trasladaron caminando hasta el Ayuntamiento, donde firmaron en el Libro de Honor.




A las 10:15 llegada al Museo Cruz Herrera, donde les recibió el Comité de Hermanamiento, pasando a las 10:45 al salón de plenos para formalizar el acto de hermanamiento. Presidiendo el acto, el alcalde de Buonabitacolo, Giarcarlo Guercio, teniendo a su derecha al alcalde de La Línea, Juan Franco y a la secretaria general del Ayuntamiento, Carmen Ramírez, ocupando lugares destacados la delegación italiana con el cónsul de Italia en Gibraltar, Patrick Canessa y la vicesecretaria del Ayuntamiento, Sonia Rey.
Tras el saludo de bienvenida del alcalde Juan Franco, se procedió a la entrega de honores y distinciones otorgadas por el comune de Pomarico.
Tomó la palabra el cónsul honorario de Italia en Gibraltar, entregándose las menciones de honor a Patrimonio Histórico Linense PHL, Asoc. Cultural Giuseppe Camillo Giordano, Buonabitacolo y La Linea.
El alcalde del municipio italiano ha firmado en el Libro de Honor de la Ciudad y ha conocido de cerca la obra de Cruz Herrera
Entre las autoridades presentes en el acto, destacar la presencia del Cónsul Honorario de Italia en Gibraltar, Patrick Canessa; el delegado especial del Ministerio de Asuntos Exteriores en el Campo de Gibraltar, Juan José Sanz Aparicio, y la diputada nacional, Gema Araujo.
El programa de la visita se ha iniciado con la firma en el Libro de Honor del Ayuntamiento del alcalde de Buonabitacolo, Giancarlo Guercio, acto que se ha celebrado en el despacho de la Alcaldía Institucional, para continuar con una visita al Museo Cruz Herrera, en el que éste último ha estado acompañado por el alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco, diferentes concejales del equipo de gobierno y representantes políticos del municipio italiano como la teniente de Alcalde, Vicenza Basile, y los regidores Emanuéle Tordo y Francesco Pio Inoto.



Tras un recorrido por sus dependencias, donde el regidor italiano ha tenido ocasión de conocer de cerca la obra de Cruz Herrera y las exposiciones temporales que se ofrecen en el edificio, se han desplazado hasta el salón de plenos, donde se ha iniciado un acto institucional en el que la concejal y delegada municipal de Cultura, Encarni Sánchez, ha destacado la importancia del hermanamiento entre los dos municipios, subrayando que se trata de un acuerdo “que significa la consolidación de unos lazos entre dos ciudades, que deberán permitir obtener frutos en el futuro desde la colaboración en lo político, económico, cultural y la relación humana de los habitantes de las dos ciudades hermanas”.


En su alocución ha recordado a las víctimas del naufragio del Utopia, seis de ellos oriundos de la ciudad italiana, en concreto Chirichella Luigi, de 23 años; Falcone Felicia, de 42 años; Martino Carmela, de 34 años; Romano Stefano, de 7 años; Romano Domenico, de 3 años, y Romano Antonio, de 2 años.

Además, ha subrayado la importancia de esta firma “como medio de cooperación internacional, que como definió la Organización Mundial de Naciones Unidas sirva para poner en contacto a poblaciones enteras, porque la cooperación intermunicipal es un complemento natural de la cooperación entre estados y organizaciones intergubernamentales”.

Por su parte, el alcalde de La Línea de la Concepción, Juan Franco, ha recordado la fecha del 17 de marzo de 1891 , cuando se produjo el naufragio del vapor Utopía, y ha celebrado la firma de este hermanamiento con el municipio italiano de Buonabitacolo, perteneciente a la región de Salerno. De igual forma, ha agradecido el trabajo realizado por la asociación Protección Histórica Linense, la presencia del Cónsul Honorario de Italia en Gibraltar, y la colaboración del investigador italiano y presidente de la Associazione Culturale Giuseppe Camilo Giordano (ACGCG), Gianni Palumbo, insistiendo en la necesidad de “recuperar la historia y rendir homenaje a los que fallecieron buscando una vida mejor”.
En términos similares se ha pronunciado el alcalde de Buonabitacolo, Giancarlo Guercio, quien ha mostrado su satisfacción por el desarrollo de este acto, subrayando el protagonismo de La Línea de la Concepción en lo que supuso la posibilidad de salvar la vida de muchas personas en la tragedia del Utopia, incidiendo en la necesidad de rendir homenaje a las víctimas de este suceso.
El Cónsul Honorario de Italia en Gibraltar, Patrick Canessa, ha calificado el hermanamiento como un acto muy importante y un medio para recordar a las personas que murieron en el naufragio, muchas de las cuales se encuentran sepultadas tanto en el Cementerio de La Línea como en el Peñón.
Para finalizar el acto institucional se ha llevado a cabo un intercambio de presentes entre las dos delegaciones y un reconocimiento tanto a José Martínez Téllez, de Protección Histórica Linense, como al presidente de la asociación cultural italiana, Gianni Palumbo, quien a su vez les ha entregado una tela con un recuerdo al naufragio del Utopía.

Visita al Cementerio y Travesía

Los alcaldes de Buonabitacolo, Gianluca Guercio, y de La Línea de la Concepción, Juan Franco, han depositado una corona de flores ante el mausoleo dedicado a los 26 víctimas del naufragio del Utopía enterradas en el cementerio municipal de San José, acompañados por el cónsul Patrick Canessa. Los asistentes, pertenecientes a la delegación italiana y al comité de hermanamiento entre ambas ciudades, han guardado un minuto de silencio en memoria de estas personas. Durante el acto, se ha recordado la solidaridad del pueblo linense para ayudar en dar sepultura a los fallecidos y la generosidad de quienes sufragaron los gastos del monumento. La comitiva también ha visitado la cruz dedicada a las víctimas de la Guerra Civil, el Panteón de Linenses Ilustres, el monolito a los fallecidos en campos de concentración nazis y el cementerio judío dentro del camposanto linense.


Posteriormente, gracias a la colaboración del Real Club Náutico de La Línea, se ha realizado una travesía en barco con salida del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, hasta el lugar aproximado en el que se produjo el naufragio del Utopía. Allí, se ha lanzado una corona de flores al mar, en memoria de quienes no tuvieron oportunidad de recibir sepultura y yacen en el fondo marino.


Detalles de Naufragio del Utopia
El Utopia fue un barco de vapor transatlántico de pasajeros construido en 1874 por Robert Duncan & Co de Glasgow . De 1874 a 1882 operó en rutas Anchor Line de Glasgow a Nueva York , de Glasgow a Bombay y de Londres a Nueva York. Después de 1882, llevó inmigrantes italianos a los Estados Unidos. Se hundió en Gibraltar el 17 de marzo de 1891. El Utopia chocó accidentalmente con el acorazado amarrado HMS Anson en la bahía de Gibraltar . Se hundió en 20 minutos; 562 de los 880 pasajeros y la tripulación del Utopia y dos rescatistas del HMS Immortalité murieron en el accidente. El hundimiento de Utopia se atribuyó a un «grave error de juicio» de su capitán John McKeague, que sobrevivió al accidente.
El Utopia era un buque gemelo del Elysia (1873) y Alsatia (1876), diseñado para llevar a 120 pasajeros de primera clase, 60 de segunda clase y 600 de tercera clase.
Fue botada el 14 de febrero de 1874 y zarpó en su viaje inaugural a la ciudad de Nueva York el 23 de mayo de 1874. Después de 12 viajes de ida y vuelta en la ruta de Glasgow a la ciudad de Nueva York, navegó en la ruta de Glasgow a Bombay.
En abril de 1876, Anchor Line transfirió el Utopia, Elysia, Anglia y el Australia para servir la ruta de Londres a la ciudad de Nueva York.
El Utopía realizó 40 viajes de ida y vuelta en esta ruta.
En 1882 fue trasladado al Mediterráneo y transportaba regularmente inmigrantes italianos a los Estados Unidos. En 1890-1891 fue reacondicionado con una máquina de vapor de triple expansión . Para maximizar los ingresos en la ruta italiana, su alojamiento de primera clase se redujo a 45 pasajeros, la segunda clase se eliminó por completo y la capacidad de tercera clase se incrementó a 900 literas.

Hundimiento
El 25 de febrero de 1891, el Utopia zarpó del puerto austro húngaro de Trieste hacia la ciudad de Nueva York, con escalas en Nápoles, Génova y Gibraltar . Llevaba un total de 880 personas: 59 tripulantes, 3 pasajeros de primera clase, 815 pasajeros de tercera clase y 3 polizones. Había 85 mujeres y 67 niños. Según la declaración firmada por el capitán John McKeague, el Utopia normalmente llevaba siete botes salvavidas que podían acomodar hasta 460 personas en clima moderado», pero en la noche de la catástrofe uno de estos botes faltaba.
El Utopía llegó frente a Gibraltar en medio de un fuerte temporal en la tarde del 17 de marzo. El capitán McKeague quiso conducir el Utopia hasta su fondeadero habitual en el puerto interior, para suministrarse de carbón, pero se dio cuenta que el paso estaba obstruido por dos barcos de guerra, que apostados vigilaban las aguas del Estrecho y la Bahía de Gibraltar, los acorazados, HMS Anson y el HMS Rodney .
McKeague dijo más tarde que había sido deslumbrado temporalmente por un reflector del acorazado Anson. Cuando la vista de McKeague se recuperó, «de repente descubrió que el fondeadero interior estaba lleno de barcos». McKeague, según su declaración, pensó que el Anson estaba «más lejos de lo que estaba en realidad» e intentó dirigir el Utopía por delante del Anson . De repente, «un fuerte vendaval combinado con la corriente empujó al barco hacia la proa del acorazado Anson y en un momento su casco fue perforado y cortado por el ariete del acorazado».
De acuerdo con el tercer compañero Francis Wadsworth, el impacto se produjo a las 18:36 y el Anson abre una brecha de 5 metros de ancho por debajo de la línea de flotación del Utopía y sus bodegas rápidamente se inundaron.
El capitán McKeague al principio consideró varar el barco, pero el Utopia perdió casi instantáneamente la potencia del motor y los ingenieros habían apagado los motores para evitar una explosión de vapor.
McKeague ordenó bajar los botes salvavidas y abandonar el barco, pero el Utopia de repente se inclinó 70 grados, aplastando y hundiendo los botes. Los supervivientes se aferraron al estribor de Utopia mientras cientos quedaron atrapados dentro de las bodegas de tercera clase. 20 minutos después del impacto, el Utopía se hundió a una profundidad de 17 metros . Sus mástiles, que sobresalían de las olas, se convirtieron en el último refugio al que se agarraron los supervivientes.
El Anson , la corbeta Freja de la Armada sueca y otros barcos cercanos enviaron inmediatamente equipos de rescate al lugar, pero el mal tiempo con fuerte temporal y viento les dificultaron el poder acercarse al lugar del naufragio.
«Los rescatistas, cegados por el viento y la lluvia, no vieron nada más que una masa confusa y luchadora de seres humanos enredados entre los restos».

Dos marineros del HMS Immortalité , James Croton y George Hales, se ahogaron al intentar rescatar a los supervivientes cuando su barco se hundió en las rocas.
La búsqueda y el rescate continuaron hasta las 11 de la noche . De los 880 pasajeros y la tripulación de Utopia , hubo 318 supervivientes: 290 pasajeros de tercera clase, 2 pasajeros de primera clase, 3 intérpretes italianos y 23 tripulantes. Los 562 pasajeros restantes y la tripulación del Utopia estaban muertos o desaparecidos.
Los marineros Croton y Hales fueron enterrados con honores militares el 19 de marzo.
El primer grupo de víctimas del Utopía, 28 adultos y 3 niños, fueron enterrados en Gibraltar el 20 de marzo.
Las playas vecinas de La Línea de la Concepción aparecieron llenas de cadáveres de inmigrantes italianos que iban a bordo del Utopia en busca del llamado “Sueño Americano”.
Sus restos fueron enterrados en el cementerio de La Línea de la Concepción, donde posteriormente se erigió un mausoleo donde reposan sus restos y se rinde recuerdo al triste naufragio.
Los buzos enviados a examinar los restos del naufragio informaron que los espacios interiores de Utopía «estaban repletos de cuerpos … que se habían encajado en una masa casi sólida» y que «los cuerpos de muchos de los ahogados se encontraron tan firmemente unidos que fue difícil separarlos». Cientos de cuerpos quedaron atrapados en las bodegas de tercera clase del barco hundido.
El capitán McKeague fue arrestado y puesto en libertad el mismo día por una fianza de 480 libras esterlinas. El tribunal de instrucción británico presidido por Charles Cavendish Boyle , capitán del puerto de Gibraltar, se reunió el 23 de marzo de 1891 «en virtud de las disposiciones de la Ordenanza de la Marina Mercante, Gibraltar, 1886». McKeague fue declarado culpable de graves errores de juicio: «en primer lugar, al intentar entrar en el fondeadero … sin haber abierto y averiguado qué barcos había allí» y «en segundo lugar, al intentar desviar su barco a través del arcos del HMS Anson «.
Tras el accidente, la autoridad portuaria de Gibraltar obligó a Anchor Line a iluminar los restos de Utopía . Durante unos días, los restos del naufragio fueron iluminados por luces izadas en cada tope. La precaución, sin embargo, no evitó otro incidente: El SS Primula , al entrar en el puerto, chocó con los restos del naufragio de Utopia .
En la investigación, la tripulación del Primula dijo que vieron las luces, pero no el barco. Reconocieron los mástiles y el embudo que sobresalían del agua cuando la colisión ya era inevitable.
El fallo judicial sobre la segunda colisión de Utopia sentó un precedente de la ley marítima que se mantuvo vigente durante 35 años. El juez Sir Frances Jeune, contrariamente a la práctica establecida, absolvió a los propietarios del Utopia de responsabilidad porque habían transferido legítimamente «el control y la gestión de los restos del naufragio» al puerto de Gibraltar. En 1928, su obiter dictum fue anulado expresamente en Dee Conservancy Board contra McConnell.
Los restos del Utopia se sacaron del agua en julio de 1892 y se llevaron de regreso a Escocia . Sus dueños renunciaron a los planes de revivir el barco y lo dejaron oxidado en el río Clyde para ser desguazado en 1900.
Cada año año por estas fechas se recuerda la tragedia marina, tanto en La Línea de la Concepción como en Gibraltar, donde el cónsul italiano actual, Patrick Canessa, recuerda que, “La trágica historia del hundimiento del Utopia siempre estará ligada a nuestra propia historia, ya que no solo porque se hundió en nuestras aguas, sino también porque fue nuestra gente, nuestros padres y nuestros abuelos quienes salieron a la Bahía esa noche traicionera, poniendo en riesgo sus propias vidas, para ayudar a salvar vidas”.
